martes, 16 de febrero de 2016
Enigmas
El jueves decidí pasar de la sección oficial para intentar descubrir en Materialista, idealista, cinematográfico, magnetófono, buen chico y sádico, una obra muy personal, como él mismo contó, de Carles Candela, qué era lo que tenía Maenza. Ni Irene ni yo salimos sabiendo nada nuevo porque no era esa la pretensión del documental. Es algo así como buscar en archivos, detener los trozos de película, dar hacia atrás, buscar… Nos aburrimos bastante y, por las conversaciones que se escuchaban (creo que Molina Foix, amigo del director maldito en su juventud, mandó callar a alguien) en la sala, parece que no éramos las únicas.
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