Tampoco es que esperara mucho (algunos amigos, como Rafa, ya la habían visto) pero fuí con ilusión por tratarse de los hermanos Coen y porque podía verla en versión original en una de las grandes pantallas de los Yelmo de Gijón. ¡Por fin se han dado cuenta de que puede ser rentable! Espero que sigan haciéndolo mucho tiempo. El caso es que ¡Ave, César! me pareció bastante sosa y con unos subidones y bajones de ritmo que me desconcertaron bastante.
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