viernes, 16 de mayo de 2008

Para Noemí, de Olalla.

Existe desde siempre una estrecha y misteriosa relación entre la infancia y el mundo animal. Niños y animales se gustan y mantienen un tácito pacto secreto que sólo algunos conocen: los animales no suelen hacerles daño mientras los niños, por su parte, les nombran protagonistas de sus canciones, juegos e imaginaciones varias. A veces ese acuerdo secreto va mucho más allá en el tiempo y, cuando los niños crecen, narran en palabras o imágenes las vidas de esos animales, como muestra de su agradecimiento por la compañía prestada durante la niñez.
Noemí dibuja animales -a veces- y muchos niños, muchos. Sus formas-que se agrupan con carácter dentro de un estilo propio que la define-son (en mi opinión) un híbrido entre humano y animal. Son la mezcla yel resultado de esa estrecha relación pasada que su lápiz hace presente en el papel. Igual la asociación es por los ojos desproporcionados de sus personajes, que recuerdan a insectos que sólo viven en el Trópico o por los contornos angulosos de sus mamíferos. Puede que sea por el uso de un color que únicamente se aprecia en la naturaleza de los cuentosde hadas o tal vez sea el trazo de su lápiz: la superposición de muchas líneas negras que se salen y dan cuenta de nuestro complejo mundo interior pero que mantiene, en parte, esa apariencia sosegada de quien tiene claro su puesto en la jungla. Sin embargo, estos siniestros bichitos de Noemí no pertenecen al imaginario común, son los suyos, claro, y viven sus propias narraciones en silencio. Porque, eso sí, a pesar de lo mucho que nos cuentan, los animanos de Noemí apenas hacen ruido. La ilustradora Palentina, ha estudiado Bellas Artes en Salamanca y lleva años dedicada a la literatura infantil- a veces acompañando historias para niños y otras narrándolas de su puño y punta. Es una autora prolífica cuyas creaciones refuerzan, sin duda, la calidad de la literatura LIJ actual. Aunque de entre todas las editoriales del panorama, Media Vaca es, a mi entender, una de las que mejor ha sabido expresar su talento, nombrándola patafísica en su diccionario: MisPrimeras 80.000 palabras o ilustrando las canciones dedicadas a todos los que duermen y todos los que no duermen en un Libro de Nanas, con los dibujos más bonitos que he leído nunca.

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