Arquitecturas panópticas
El término «panóptico», de
origen griego, significa poder verlo todo con un solo golpe de vista.
No hace mucho leí que Jeremy Bentham, filósofo utilitarista del
S.XVIII, ideó un proyecto de arquitectura penitenciaria basada en este sistema
panóptico que básicamente consistía en una edificación circular en cuyo anillo
exterior se colocan las celdas abiertas al interior, mirando hacia una torre de
vigilancia situada en el centro del círculo y también al exterior mediante una ventana al
fondo.
Desde la torre central, gracias al contra-luz, uno o dos vigilantes
observaban (o no) a los presos que, sin poder
ver lo que ocurre en la torre por la oscuridad, procuran una buena actitud en
todo caso. No solo se sienten vigilados sino que se vigilan unos a otros desde
sus celdas, disociando realmente el hecho de “ver” y “ser visto”.
Se construyeron varios penales
durante dos siglos pero la cosa no quedó ahí y la arquitectura panóptica se
aplicó en hospitales, centros educativos, incluso en la planificación
urbanística de grandes ciudades.
Interesante es y, a pesar de no tener idea del tema, fue fácil caer en
la cuenta de que lo panóptico sigue vigente entre tanta cámara de cajeros, de
hacienda, de google, de teléfonos o del entramado de amigos cibernéticos que
vigilamos y que vigilan.
Y después de leer, aunque soy
más bien de trivializar con lo que no tengo delante, me dieron ganas de ser
libre.
Así que me mentí un poco, me desnudé y para que nadie me vea, puse el
vestidor.
Gloria Caamaño
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