jueves, 27 de abril de 2017

Mi bañera

Pensó que no debía meterse en el baño, pero el agua estaba tan agradablemente caliente que se metió con una sensación de íntimo bienestar. Olvidó un momento el patio, las plantas muertas, Nardo, los pájaros que no cantaban a una hora en que aturdían. No pensaba en nada, si es posible no pensar en nada. Cerro los ojos. Nada en el mundo era comparable a eso, nada. 
 
Lo mejor de la familia, Silvina Ocampo
 
 

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