miércoles, 2 de abril de 2008

Mira

Aunque estamos acostumbrados al inclemente bombardeo icónico de la publicidad moderna, tan vicaria y parasitaria de la poesía visual, los orígenes de este «género», que tiene, en palabras de Gradolí, una «frontera de humo» entre las artes plásticas y la lírica, se remontan a la Edad Media: «Allí pueden señalarse un laberinto compuesto en el siglo VII por el obispo Teodulfo y una colección de poemas figurados del monje Vigilán, hecha en el siglo X y cuya intención era decorativa o laudatoria. En siglos posteriores -añade-, cabe citar los «acrósticos esféricos», cuyos versos van desgranando las letras del nombre del rey o la reina, de forma que todos finalizan en el centro de la misma letra o sílaba y cuya disposición imitaba al sol». Y... sigue en la wed de la editorial Calambur.


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