miércoles, 24 de noviembre de 2010

Invernadero

En algunos momentos me trajo a la memoria Diletante que vimos el año pasado en la seminci. Pero esta es más pesada porque su protagonista y su narcisismo, sobre todo el literario, son aburridos, menos cuando charla con la académica que le reprocha precisamente escribir solo de si mismo.
Como no conocemos a  Mario Bellatín, Ali y yo nos perdimos el juego de suplantación de su famosa figura literaria.

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