El último día de mi estancia en Ciudad de México quedé con Miguel en la Cineteca. Quería conocer el lugar y además habíamos hablado ya el día anterior de ir al cine. Al final él no se presentó y, como yo no encontré wifi, me fue imposible saber que estaba retenido en su curro. Entré a la peli que habíamos previsto, Finsterworld, del ciclo de cine alemán. Cuando vi la cartelera y encontré este tipo de imágenes… me decidí enseguida. Merece la pena dejarse llevar por esta historia agridulce medianamente original.
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