La semana pasada vi Nymphomaniac. El conjunto de las dos partes delicado no me pareció pero entretenido sí. Me resultó familiar y a la vez curiosa, después de ese clasicismo narrativo de "Melancolía" (era lineal, ¿no?), otra vez la forma de contar de Lars von Trier. El paralelismo entre las relaciones sexuales y ciertas obras de la naturaleza o literarias y musicales me pareció rico pero artificial en exceso. El final ya lo remató. No se si es una broma pesada o no. Parece que para algunos críticos tiene sentido.
Los carteles impecables. La serie de los personajes fotografiados en el momento del orgasmo fue una publicidad estupenda, aunque poco o nada tenga que ver con la historia. Y las versiones menos.
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