Debo reconocer que también me ha revuelto, no es justo, un poco al principio, cuando no me había fijado ni había leído la explicación. En la Escuela de Artes de Corella, el primer curso que trabajé, el más divertido con diferencia, las paredes de clase estaban decoradas con cuadritos donde los alumnos habían construido imágenes de alicates, espátulas, etc.,las herramientas de clase (yo era maestra de taller de vaciado), con legumbres y féculas. Me puse a limpiar, nunca he tirado tanto en mi vida, y me quedé sola. Luego nos pintaron la clase de amarillo huevo(me dejaron escoger el color a mí) y colgamos las reproducciones de los ombligos del alumnado, del mío y de algún que otro voluntario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario