Empieza el otoño y sigue animándonos el sol.
Yo estoy de bajón porque me he dado cuenta de que no podré ir a la Seminci con Txaro (que va a presentar La Chelita en Valladolid) y Lola. Atrapada en la inconsciencia guiniciana me apunté a un curso que se impartirá los sábados. ¡Nooooo! Creo que por fin, algo habrá que hacer con ese tiempo muerto, veré The Wire (tengo mucho miedo a engancharme en exceso, aunque , según Luis, los primeros capítulos no son «peligrosos») o leeré La broma infinita (qué ganas de que me cuente Satihago si ha continuando leyéndola en Casablanca) aunque parecen dos tareas, sobretodo la segunda, para personas más perseverantes que yo.
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