En Semana Santa mi hermana y yo dimos una vueltecilla por Barcelona. María y Javi nos acogieron a la ida y a la vuelta de nuestro estreno en la Costa Brava (lugar mitificado para nosotras por el peso, en parte literario, de tanta historia, vivencia, leyenda… de creadores imprescindibles del s. XX). Como siempre, visitamos el Centro Santa Mónica. Allí, donde quedamos antes de cenar, entre algunas curiosidades realmente curiosas, nos encariñamos (somos chicas de lágrima y estética fácil) con la pared llena de espejos de esta artista.
Aquí dejo otro ejemplo de sus hipnóticas acumulaciones de fotografías.
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