viernes, 19 de diciembre de 2008

El don de ver

En realidad podía preguntarlo todo, una cosa tras otra, dirigía la conversación, ese era mi privilegio. Ya no podía ser "un momentito", el que ella había anunciado, en seguida todo se alarga o se enreda o todo tiende a adherirse, es como si cada acción llevara su prolongación consigo y cada frase dejara en el aire un hilo de pegamento colgando , que nunca puede cortarse sin que se pringue algo más al hacerlo. A menudo me extraño de que para todo haya respuesta o pueda siempre intentarse, no sólo para las preguntas y las incógnitas, también para las afirmaciones y los saberes, lo irrefutable y la ciencia cierta, y para los titubeos y las miradas y hasta para los gestos. Todo insiste y continúa solo, aunque opte uno por retirarse. Aquello no iba a ser un momentito de modo alguno, nada es breve sin cercenarlo. Pero de mí dependía ahora, seguramente, que se convirtiese en una noche entera con su amanecer incluido, o en la embriagada locuacidad de un doble insomnio.
Baile y sueño.                    Javier Marías


4 comentarios:

papa dijo...

Qué bonito

Santiago García dijo...

está muy bien la cita y los dibujos. Pero has leído een el suplemento de el pais de este domigo su artículo sobre los blogs?. Es un poco parcial y su visión incompleta.se ve que nadie es perfecto

el maletero dijo...

Está tan lejos de la perfección como todo el mundo.
Ayer hablaba con Tita, una amiga de Montxo, de lo misógino que es Marías. Pone verdes a las mujeres que llevan boina, así que me siento aludida e insultada.

papa dijo...

Si fuera mujer llevaría una boina verde. Pero como soy hombre y estoy calvo llevo una gorra inglesa de cuadritos.
Pelillos a la mar.