Cuando se conocieron, Sontag, autora del ensayo Sobre la fotografía, un clásico sobre el género, le dijo: "Eres buena fotógrafa, pero podrías ser mejor". Y dos décadas después Leibovitz aspira a haberlo conseguido mostrando no sólo los retratos de un mundo imbuido y fascinado por la superficialidad, sino también su mundo personal: su pareja, sus padres, sus hermanos y sus hijas. Exactamente, como hacen los famosos a los que ella fotografía. "No tengo dos vidas, tengo una sola. Las fotos personales y las de encargo profesional son parte de la misma".
Para Cris Canga.
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