El cartel está un poco pocho, pero es que Diego se ha tomado tan en serio lo del antiarte que ha tratado la carísima impresión peor que si fuera el billete del bus.
Lo extraño es que, a pesar de sus arrugas, o debido a la calidad artística que estas le confirieron, el cartel desapareció del corcho del pasillo donde estaba expuesto.
Esta mañana, después de enseñarnos todo lo que saben del dadaismo, Alba, Gemma y Diego nos han invitado a realizar un poema dadaista en grupo. Este es el resultado:
El patio de mi casa no tiene puerta de entrada
en mi alma negra
es mi habitación cuando apago la luz
es el bien y el rojo y el amor
por un estilo de arte que rompa con el pasado
que es la suma de los días pasados
los momentos los recuerdos con alegría o tristeza
se siente cuando te acompaña la ausencia de la alegría
y felicidad por el carnaval
allí la gente no hace nada, sólo gilipolleces
que me pasan por la mente a diario
arantza nos riñe a diario siempre a diario
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