La casa del pintor Reuven Rubin en Tel Aviv es ahora el museo Rubin. Para mí fue una buena experiencia (no lo digo con retintín, es que esta apropiación de la palabra experiencia…). Muy recomendable si te gustan los museos sencillos dedicados a una persona y su vida y obra. Es pequeño pero no demasiado, no es una casa cualquiera.